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sábado, febrero 09, 2013

La España Piramidal.


    El hombre cansado preside España. 

    Sus ojos siempre están vacíos y planos. Perdidos, como su espectro viajando hacia la pantalla protectora. El hombre cansado quizás añore el pasado no vivido de gris subsecretario, de partida en el casino del pueblo y de hacendosa esposa con la cena preparada. El hombre cansado juega a ser el hombre cansado, plano y fútil. Se trabaja la imagen de prócer por accidente. Porque sabe que se desmorona el castillo de naipes. Y las hostias se las va a llevar él.

  España iba de puta madre, lo decía mucho su capataz Aznar cuando era el macho que más meaba. España asombraba al mundo y no había país que no quisiera ser como el milagro pepero, ni siquiera el país heredado por el progre ZP quería ser diferente al de los ladrillos y el turismo de vomitona. España, tan bien puesta desde su santa transición, ejemplo y envidia de la humanidad. Tan solvente, hasta que se descubrió la estafa.

  Su campechana familia real enfangada en el robo, con el patriarca pidiendo virgencita que me quede como estoy. Su territorio alicatado hasta el último centrímetro cayéndose a cachos, mientras los culpables se hacen de oro y son rescatados por los mismos que son suicidados cuando los expulsan de sus casas. Sus sobres llenos de dinero de mano en mano por los barrios altos. Y sus cómplices: sus votantes. 

  El pelotazo iba a llegar a todos, el español medio no veía con malos ojos los trapicheos de sus dirigentes, si acaso con envidia y admiración. El español medio callaba y votaba ajeno a EREs, Filesas, Naseiros, GALes o Palaus. Pero ahora se despierta y ruge, porque ve que lo expoliado no alcanza para todos y porque descubre que el expoliado es él.

  España no es un país, es una estafa piramidal urdida en aquella transacción donde el único cambio fue el ponerle adornos al yugo. Y ahora, justo después del saqueo, nos estalla en la cara a los que nos hemos quedado sin sus promesas de pasta. 

  Empiezan a subir las mareas en este país de siesta, empieza a despertar el pueblo dormido a balazos el las cunetas del 36, pero aún estamos lejos del despertar real, de la toma de conciencia, de clase. El tic-tac avanza raudo y es posible que el hombre cansado se salve, que su fiesta de la democracia le de el relevo y todo parezca de nuevo a estrenar, que todo vuelva a cambiar para quedarse igual. Que vuelva a olvidarse que esto es la España Piramidal. 

  Que el pueblo cansado rompa esta España.

   

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